El motivo último por el que algunas personas experimentan esta sensación de caída al quedarse dormidas se desconoce.
Una hipótesis es que, en el momento de conciliar el sueño, se produce un descontrol en los núcleos vestibulares, que son los encargados de controlar el equilibrio a través de señales que le dicen al cerebro continuamente dónde estamos. Esta sensación aparece más a menudo con el consumo excesivo de cafeína, cuando hay un trastorno horario o bien después de un trabajo físico o mental intenso. Es decir, en situaciones en que hemos sometido el cerebro a algún tipo de estrés.
En general la contracción motora asociada al cambio de vigilia al sueño no representa un problema. Algunas personas, sin embargo, pueden tener sacudidas intensas cada vez que intentan conciliar el sueño, lo que puede hacer que quedarse dormidos resulte muy difícil.
Un caso distinto lo constituye el síndrome de piernas inquietas, que es una incomodidad en las piernas que obliga a moverlas y que ocurre por la noche y en reposo, lo que impide conciliar el sueño y que, una vez dormidos, se acompaña de contracciones de piernas de forma periódica. Aquí la sensación de caerse al dormirse no ocurre.
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